miércoles, 28 de enero de 2015

Lecciones del I Ching - El Aquietamiento - Hexagrama 52



Ilustración de René Antuan Fénix


(Mantenemos los pensamientos internos en calma, renunciamos al corazón infantil.)

Recibimos este hexagrama cuando nuestros pensamientos están enredados con nuestras emociones, o cuando la situación es tal que podemos llegar a envolvernos emocionalmente. Cuando nuestras emociones están envueltas es imposible obtener la claridad de mente; por lo tanto se nos aconseja “aquietarnos”. 

“El Aquietamiento” (mantenerse quieto) quiere decir aquietar el “pensamiento del corazón”. En el I Ching, cuando se despiertan nuestras emociones, se dice que el corazón está pensando. El corazón infantil piensa en términos de lo quiere o necesita, y de lo que le disgusta o desea evitar. También piensa en defensa de las pretensiones que haya adoptado; así es también el pensamiento egoísta de la vanidad y el orgullo. Constantemente mide la dirección y ritmo de los acontecimientos para ver lo lejos que ha llegado en sus objetivos. 


El objetivo de mantenerse quieto es el de calmar esta frenética y concentrada actividad mental. Si pudiésemos desligarnos suficiente tiempo para ver estos pensamientos objetivamente, nos percataríamos de que surgen de los temores del yo corporal, algunos son conscientes y otros inconscientes. El I Ching reconoce estos pensamientos como las voces de los inferiores. Mientras dominen nuestro espacio mental, es imposible alcanzar la neutralidad y la aceptación que nos lleve a una perspectiva correcta y razonable. 


Hay muchas formas de aquietar a los inferiores. Les podemos explicar la necesidad de mantenerse quietos para que la claridad sea posible. Podemos decirles que no se confundan por la apariencia de las cosas, que el cambio es la regla de la vida. Podemos asegurarles que si pueden disciplinarse, atraeremos la ayuda del Poder Supremo para hacer posible lo imposible. Podemos explicarles la necesidad de su obediencia, como en El Ejército, hexagrama 7, y podemos decirles que debemos adherirnos a lo Desconocido para que nos muestre el camino, como en Lo Adherente, hexagrama 30. Al animarlos de tal forma, es posible que obtengamos su cooperación y que conquistemos su perseverancia. A este método de restringir a los inferiores se le llama “dulce restricción” en La Restricción, hexagrama 60. 


Para alcanzar estos resultados, es posible que sea necesario sentarse tranquilamente en estado de meditación. Muchas veces recibir este hexagrama es una llamada a meditar, por lo menos, para ponernos en contacto con las preocupaciones y los temores de los inferiores. Los inferiores necesitan que se les asegure que si confían en lo Desconocido, y dejar que lo Creativo trabaje a través del vehículo del tiempo, todo saldrá bien. A veces este trabajo requiere que reconozcamos nuestras pretensiones y nuestro orgullo—culpables que necesitan ser matados a través de la firme perseverancia. 


Una vez que hemos alcanzado el estado de aceptación y docilidad, obtenemos la paz descrita por la imagen de La Alegría, hexagrama 58, como el “lago luminoso”: la superficie lisa del lago simboliza la alegría de la paz interna. En el momento que una emoción surge una onda se crea en su superficie. 


Mantenerse quieto también se refiera a la forma de meditar del I Ching, que supone ponerse en estado de vacío interno, acallando sistemáticamente las quejas de las voces de nuestros inferiores. El aquietamiento requiere sentarse en una relajada posición pero alerta, para que los nervios de la espina dorsal se tranquilicen. La columna no sólo es la única ruta por la cual el cerebro transmite los mensajes al yo corporal; también es el canal por el cual el yo corporal transmite sus quejas al cerebro. Al sentarnos en una posición sin soportes no nos apoyamos en nada; permanecemos despiertos mientras nuestro cuerpo se relaja. Cuando nuestra presión sanguínea y las energías se calman, los inferiores se aquietan como si durmieran. 


En este momento tiene lugar la separación del ego: La voz pretenciosa, defensiva y presumida de nuestra auto-imagen/ego se separa de nuestra conciencia y así podemos oír sus pensamientos apartados de nosotros. Su voz algunas veces es sutil y tentadora; otras, sutil y machacona, o exigente y furiosa. La separación del ego nos da una oportunidad de oírlo y entender sus pretensiones. Una vez que lo entendemos, podemos liberarnos de su dominio. Una vez que lo hemos oído en meditación, podemos reconocer sus insinuaciones durante nuestras actividades diarias. Reconocerlo nos ayuda a resistir sus exigencias. Una vez que el ego se ha separado también podemos ver y oír a los inferiores. Al escuchar sus preocupaciones y quejas notaremos que son como niños; al igual que ellos, se concentran en lo que quieren, se preguntan y se preocupan. Las células del cuerpo, o la organización de las células, tienen formas verbales y no verbales de decirnos que tienen hambre, que están cansados o que tienen miedo. Durante nuestra normal actividad consciente pensaríamos que estos pensamientos son parte integral de nuestra estructura; en meditación, de alguna forma, los escuchamos como separados de nuestro yo central. Al contactar con ellos durante la meditación, encontramos que han estado bajo el control del ego; también encontramos que somos capaces de alistarlos para trabajar hacia la meta del yo superior. De esta forma nuestro yo superior, el Hombre Superior, gana la habilidad de dirigir a los inferiores. 


Una vez que todo esto pasa, la personalidad retoma su orden natural. El escuchar las necesidades de los inferiores y poner sus temores en paz, parece que les diéramos seguridad y pacificándolos, y haciendo descansar a nuestro corazón. En estado de verdadera tranquilidad descansamos en algo así como un espacio de neutralidad y aceptación total. No vemos ni escuchamos nada. Algunas veces es posible oír una voz nueva o ver seres inéditos. La voz nueva es serena, discreta; es la firme voz del Sabio. Escuchamos y observamos como si se tratase de una película cuya proyección se inicia. Tambien es posible que veamos imágenes que demuestran las lecciones de la verdad universal. Mientras podemos participar en lo que sucede, no lo controlamos. 


En el tiempo de la meditación es cuando hacemos los sacrificios a los que se nos llama en distintos hexagramas como La Contemplación, hexagrama 20. El sacrificio quiere decir que entregamos al Poder Supremo las dudas del conflicto interno y las emociones como ira justificable, el sentimiento de tener derechos, la indignación producida por las injusticias, la impaciencia con el mal y nuestra tendencia de concentrar nuestra atención en asuntos insignificantes, lo que ocasiona la pregunta, “¿Por qué son las cosas así?” Sacrificamos estos sentimientos y percepciones porque obstruyen el progreso e inhiben el bien general. Tales sacrificios agrandan el ser espiritual. 


Para el estudiante serio del I Ching, la práctica diaria de la meditación es esencial. A través de la meditación practicamos la limpieza interior que nos devuelve la pureza y la inocencia; libres de pensamientos que generan agitación y sordera interna, volvemos al estado alerta y a la atención interna que nos hace posible relacionarnos con los demás de una forma creadora. Liberarnos de las preocupaciones preponderantes de los inferiores tiene el efecto de limpiar nuestro casa interna. Así como nuestra casa interna se ensucia viviendo en ella, nuestro espacio mental llega a atestarse con preocupaciones ajenas e innecesarias. Las cuales pueden consistir en sistemas de creencias, preocupaciones, fantasías e ideas que hacen que la paz interior y la armonía sean imposibles de adquirir. La limpieza interna implica el abandonamos del mundo, sus preocupaciones y todos los sistema de creencias. Nos despojamos de la ira pasada, de la hostilidad y de todas las injusticias que la gente ha cometido contra nosotros; descartamos todas las filosofías de negación y los pequeños placeres y disgustos. Al limpiar nuestro Ting (ver El Caldero, hexagrama 50), nos liberamos del enorme peso que acarrea semejante tormento mental. Si, al intentar meditar, buscamos obtener la paz interna sin haber conseguido la limpiza interna, la claridad y la comunicación con el Sabio no serán posibles. Evitar este paso es “forzar la meditación”, como nos advierte la línea tercera. Practicar la limpieza interna es la autorenovación diaria que posibilita al Hombre Superior mantener el máximo de su poder (ver La Fuerza Domesticadora de lo Grande, hexagrama 26). 


A través de la meditación el Sabio nos deja entrever nuestro ego como un sistema organizado de defensa, que al abdicar del mando de nuestra personalidad, ha dejado que nuestros inferiores construyan una defensa a lo Desconocido. Podemos ver, uno a la vez, los temores que dan vida y poder al ego; vemos nuestros miedos en disfraces diabólicos que les posibilitan aterrorizarnos. El enmascarar tales miedos en la meditación es como coger al Mago de Oz en el acto de manipular sus máquinas aterrorizadoras por detrás de la cortina; nunca más podrán ejercer tanto poder sobre nosotros. Puesto que esta clase de meditación parece indispensable para el estudio serio del I Ching, no es sorprendente que Confuccio diga, “el estudio sin meditación es un trabajo perdido; la meditación sin estudio es arriesgada”.

De "Una Guía del I Ching" de Carol K. Anthony - Ediciones La Liebre de Marzo

lunes, 17 de noviembre de 2014

La Fuerza de una repetición Ancestral




Hoy se cumplen años del nacimiento del fallecido cantante Jeff Buckley. Su historia es paradigmática sobre cómo es que funciona la psicogenealogía. Murió un 29 de mayo a la edad de 30 años ahogado en un río en Memphis, Tennessee mientras hacia el tonto un día en que todo se torció con uno de sus acompañantes en sus giras. Un 29 de junio 22 años antes su padre, el también famoso cantautor Tim Buckley, moría por una sobredosis de heroína mientras acompañaba a uno de sus músicos en una noche estúpida de borrachera, durante una gira en Dallas, Texas. Tenía 28 años. Para mas inri no era adicto, ni tan siquiera consumidor ocasional de esa droga e igualmente murió ahogado, al dejar sus pulmones de respirar por el adormecimiento causado por la droga. ¿ Demasiadas coincidencias ? No cuando sabemos que nuestros destinos están enzarzados en las repeticiones de aquello que la familia ha vivido previamente. Jeff era doble de su padre, fue concebido probablemente alrededor de la fecha del cumpleaños de Tim, se llevaban entre fechas nueve meses justo de diferencia. Este tipo de relación entre fechas determina una intención inconsciente de crear una persona en la que proyectarse en el futuro abriendo camino a toda una serie de repeticiones que van jalonando la vida del doblador, con sus éxitos y sus fracasos. Jeff podría haber aprendido algo de los paralelismos que había entre su vida y la de su padre y no haberse dejado llevar de aquella manera absurda que le condujo a la muerte como a Tim le llevo a la suya propia el dejarse enfrascar en aquella espiral de alcohol peleas y finalmente heroína en la que le metió el músico de su banda. Jeff se pasó su vida repitiendo a su padre sin preguntarse siquiera que podría acabar como el. Fue reconocido en vida por el único álbum que grabo, Grace, como un inigualable intérprete de "covers", versiones de otros artistas. Pero la mejor versión que hizo fue interpretar a su padre. La clavó.

Su versión de Hallelujah de Leonard Cohen esta considerada mejor incluso que la 

original.    
  


 


Y aquí su padre tocando una canción que se haría mucho más famosa después por su 

publicitaria versión que sonó en un anuncio de perfume. 





Para terminar de redondear el tema aquí os dejo la archifamosa versión de Song to the Siren 

que hicieron This Mortal Coil en los ochenta y que popularizo un anuncio en los noventa. 

He elegido este video precisamente porque viene la letra subtitulada en español. 

Al leerla a más de un@ le puede dar un escalofrío, pues resulta asombrosamente 

premonitoria de toda la historia que hemos contado sobre este padre, su hijo y el hechizo

 que compartían. 



viernes, 24 de octubre de 2014

Sentir con las entrañas




Según una información leída en la revista digital Lógica Ecológica...                                           

(leer el artículo completo AQUÍ )
''un “segundo cerebro” funciona en el abdomen y regula emociones. Su red neuronal no elabora pensamientos, pero influye en el estado de ánimo y hasta en el sueño. Que se use la palabra “entripado” para referirse a un enojo podría no ser del todo metafórico.
Que el estómago “se cierre” en una situación estresante o que parezca poblado de mariposas ante el amor también tendría una explicación científica.El aparato digestivo está tapizado por una red de neuronas (células nerviosas) de tan amplio alcance que algunos científicos la han denominado “segundo cerebro”.
Ese cerebro, según estudios científicos recientes, influye en nuestro estado de ánimo, carácter y hasta en el ritmo de sueño.
Michael Gershon, investigador de la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, y autor de El segundo cerebro (The Second Brain), un libro de referencia en las investigaciones sobre el tema, explica que, conocido técnicamente como sistema nervioso entérico, el segundo cerebro está compuesto por capas de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal, y que contiene unos 100 millones de neuronas.
El pequeño cerebro que tenemos en las entrañas funciona en conexión con el grande, el del cráneo, y en parte, determina nuestro estado mental y tiene un papel clave en determinadas enfermedades que afectan otras partes del organismo.
Además de neuronas, en el aparato digestivo están presentes todos los tipos de neurotransmisores que existen en el cerebro. De hecho, el 95 por ciento de la serotonina, unos de los neurotransmisores más importantes del cuerpo, se encuentra en el intestino.
Sin embargo, aunque su influencia es amplia, se deben evitar confusiones: el segundo cerebro no es sede de pensamientos conscientes ni de toma de decisiones .
Como puede leerse en una nota publicada por la revista de divulgación científica Scientific American , gran parte de la potencia neurológica del segundo cerebro se concentra en la ardua tarea diaria de la digestión.
Emeran Mayer, profesor de Fisiología, Psiquiatría y Ciencias del Bio-comportamiento de la Universidad de California, le dijo a esa publicación que una gran parte de nuestras emociones probablemente se vea influida por los “nervios de los intestinos”.
En el mismo sentido, Gershon afirma que el bienestar emocional cotidiano quizá también dependa de mensajes que el cerebro intestinal envía al cerebro craneano.
Guido Iantorno, jefe de la Unidad de Motilidad Digestiva del Hospital Bonorino Udaondo, le explicó a Clarín que, aunque de modo indirecto, a través del eje cerebro-intestinal, el sistema nervioso entérico puede influir en situaciones emocionales y en otros síntomas como la hipersensibilidad al dolor.
Cuenta Iantorno que mediante tomografías computarizadas por emisión de positrones pudo comprobarse que, ante un estímulo en el intestino, en las personas con afecciones funcionales del aparato digestivo reacciona un sector del cerebro diferente del que reacciona en personas sanas.
“Esto significa que la corteza cerebral responde de diferente modo si se padece, por ejemplo, el síndrome de colon irritable”, dice Iantorno.
Algunos científicos piensan que en un futuro, algunos padecimientos intestinales podrían tratarse con terapias aplicadas a nivel neuronal.
De hecho, el síndrome de colon irritable en parte deriva de un exceso de serotonina en el intestino, y quizá podría ser considerado una “enfermedad mental” del segundo cerebro.
Los trabajos de Mayer con el sistema nervioso del intestino lo han llevado a pensar que, en los próximos años, la psiquiatría tendrá que ampliar su alcance para tratar el segundo cerebro además del que está sobre los hombros.
Consultado por Clarín vía correo electrónico, el científico Michael Gershon contó que ahora se sabe además que en el intestino hay células madre adultas que pueden reemplazar a las neuronas que mueren o son destruidas.
Además, afirmó Gershon: “El sistema nervioso entérico le habla al cerebro y este le responde.
El intestino puede afectar el humor, y la estimulación del nervio principal que conecta al cerebro con el intestino (el vago) puede ayudar a aliviar la depresión, y es usado para tratar la epilepsia”.
Para Gershon, el segundo cerebro tiene un papel en la mayoría de las cosas que enferman al intestino , desde el síndrome de colon irritable hasta las enfermedades relacionadas con la inflamación del intestino.
El estómago es una red extensa de neuronas (100 millones) interconectadas. Sestructura neuronal posee la capacidad de producir y liberar los mismos neurotransmisores, hormonas y moléculas químicas que produce el cerebro superior.
En nuestro sistema digestivo se produce y almacena el 90% de la serotonina de nuestro cuerpo; su función es esencial: absorción, aporte nutricional y movimientos musculares. Es la misma serotonina que en un 10% se crea en nuestro cerebro superior y de la que depende nuestro bienestar.
La famosa hormona de la felicidad la tenemos en el estómago, por eso debemos escuchar más al sistema digestivo. De cómo sintamos nuestras tripas depende nuestro ánimo. Si aprendemos a escuchar sus señales estaremos más sanos, perceptivos y equilibrados.
Desde la digestión podemos influir en nuestras emociones. Hay una relación continua de intercambio de información entre los dos cerebros. Un ejemplo: un estreñimiento crónico puede suponer una falta de serotonina, nos convierte en pesimistas y baja la libido''
Utilizando la lógica hermética en la que lo que es arriba es abajo está muy clara la similitud entre el cerebro y el intestino. Después es notorio observar que casi la totalidad de las emociones se reflejan en el vientre o el estómago. Hace un tiempo se puso de moda la teoria de que el corazón por sus muchas neuronas era un segundo cerebro. Paranoias de este mundo intelectualizado que no sabe distinguir entre conciencia y amor, dos energías completamente diferentes pero complementarias. Y no son tantas neuronas ni siquiera.

Ahora, quizás tirando de la analogía del principio, algunos avispados científicos se están adentrando en esta, parece ser, auténtica versión del doble cerebro, el cerebro racional y el cerebro emocional, algo que la sabiduría antigua afirma desde hace milenios y a lo que , por fin, la ciencia esta tan chata que tenemos parece acercarse.
Me gustaría añadir que esa historia de las neuronas del corazón y su capacidad "pensante" lo que me inspiran a afirmar de manera simplemente intuitiva es que el corazón no tiene sólo un propósito activo, como distribuidor de vida, sino que podría tenerlo receptivo y quizás sea el órgano donde se recibe la intuición profunda, aquella que esta conectada con nuestro espíritu y con lo divino. Esto es lo que la sabiduría popular define como " escuchar a tu corazón" o "tener una corazonada" y se diferencia de la intuición animal la de estar conectado con " las entrañas", con los instintos, que es la que parece relacionarse con este cerebro emocional alojado en nuestro aparato digestivo.
En definitiva los seres vivos en general y los humanos en particular no somos otra cosa que organismos emisores receptores Que estamos comunicados de múltiples formas con la realidad, la visible y la invisible.

viernes, 22 de agosto de 2014

El plato de tomates


La venta es una casita pequeña y encalada situada en una carretera tan secundaria que jamás figurará en un mapa, en un lugar llamado El Pago del Humo.

Llego hambrienta y un poco cansada. Son las 4 de la tarde, hace 40 grados y huele a paja. Me siento en la terraza, donde sopla el viento de levante a rachas y se escucha un zumbido incesante de insectos en los campos vacíos y hastiados.

Estoy sola y me tratan bien. Me cuidan. No sé porqué tan amorosamente, pero lo acepto y lo disfruto.

Cuando me traen mi almuerzo corto el pan sintiendo que lo sagrado está presente en cada cosa que me rodea. En los campos amarillos, ocres, marrones. En los girasoles quebrados y quemados por el sol. En el concierto de chicharras que ahonda el silencio en vez de extinguirlo. En el viento seco, caliente y poderoso que se adueña de cuanto toca. En el olor a polvo y a rastrojo y a calor. Y también en el oro del aceite que vuelco, como si realizara el ritual mas antiguo del mundo, sobre un plato de tomates intensamente olorosos y rojos.

Y me asalta un sentimiento más allá de la felicidad o de la satisfacción. Una profunda conexión con el aquí y el ahora. Un estar con toda mi presencia en ese momento y en ese sencillo plato de tomates. Plenitud.

El momento se expande impregnando todo de ese mismo sentimiento. Bebo despacio mi cerveza, siento su frescura mientras contemplo el campo vacío con un único árbol que tiene la belleza asimétrica de lo realmente bello. Y de pronto deseo retener todo ésto, llevarlo conmigo. Saco mi cámara, hago algunas fotos. Al árbol, a los tomates; al presente perfecto como tiempo verbal a crear mas allá de la gramática y las convenciones. Mas allá de la posibilidad de capturar lo inasible.

Tomo unas notas en mi libreta a fin de no olvidar. Abro al azar el libro que llevo, quién sabe porqué. El libro es El dedo y la luna.

Y dice:

- ¿Hay algo que sobrepase al buda, que sobrepase al patriarca? –le preguntó el discípulo a su maestro Ummon.
-Sí –respondió el maestro-, una rosquilla.

También dice:

-¿Cuál es tu filosofía?
-Cuando como, como. Cuando duermo, duermo.

Sonrío, cierro el libro, guardo el cuaderno y la cámara. Nada me perturba. Y con un placer infinito me como mi plato de tomates.


miércoles, 7 de mayo de 2014

Medicina Vs. Magia





Estaba leyendo Un Curso de Milagros ahí donde califica a la medicina cómo "magia". No lo explica mucho pero se da a entender que la medicina alopática lo que vende es puro ilusionismo, en paralelo con la ilusión que nos produce la percepción de esta realidad fisica que vivimos.
Según la definición de la wikipedia "el ilusionismo, vulgarmente denominado magia, es un arte escénico , subjetivo, narrativo y espectáculo de habilidad e ingenio, que consiste en producir artificialmente efectos en apariencia maravillosos e inexplicables mientras se desconoce la causa que los produce. Estos efectos (...) se conocen vulgarmente como trucos de magia."
Los trucos de magia se basan en el conocimiento y la aplicación de ciertas leyes físicas o químicas o fisiológicas, mas sencillas o mas complicadas, pero que pasan desapercibidas para el ojo común y que producen un efecto de transformación ilusorio en el espectador.
Es lo mismo que hace la medicina alopática: aprovechando sus conocimientos en física, bioquímica o fisiología ataca la primera causa aparente que encuentran de un síntoma o de una enfermedad, mediante determinado fármaco o técnica, y haciendo desaparecer durante un tiempo mas o menos largo los síntomas, inducen a los pacientes a creer que han curado la enfermedad, cuando en realidad no han tenido en cuenta ni las causas emocionales ni espirituales que subyacen a todo "proceso de salud", que son muy anteriores a las causas físicas en todos los casos.
Lo que llamamos enfermedades no son otra cosa que procesos de salud, encaminados a devolvernos la salud integral (mental, emocional, fisica y, sobre todo, espiritual) que se ha visto desequilibrada por las actitudes que determinadas emociones o creencias vinculadas a emociones nos hacen tomar, hasta el punto de manifestarse ese desequilibrio en nuestro cuerpo.
Hacer "magia" puede salvarnos la vida en un momento dado, con una intervención quirúrgica o biomecánica en el cuerpo en un caso de urgencia, pero nunca nos va a curar integralmente de una enfermedad.O mejor dicho, nunca va a resolver por si sola un proceso de salud.
Podemos engañar nuestro cuerpo con un medicamento que resuelva puntualmente unos síntomas, e incluso engañar nuestra psique depositando una fe ciega en la medicina que proporcione una curación aparente (lo que viene a ser un placebo), incluso muy larga en el tiempo, pero no puedes engañar a tu alma.
Si los síntomas finalizan pero no hay un cambio en nosotros o en nuestra vida después de todo el proceso algo falla. El cambio puede ser pequeño o grande, normalmente proporcional a las dimensiones del desequilibrio físico. La buena noticia es que muchas veces hacemos esos cambios sin apenas darnos cuenta, pero por ello se nos escapa observar que el verdadero precursor de la sanación es el cambio. Además el síntoma te conduce siempre a una actitud concreta y puntual que es una metáfora de la actitud que necesitas sanar en tu vida.
En las enfermedades agudas, puntuales, los cambios suelen ser también ocasionales, destinados a ese momento, y muchas veces la misma sintomatología es la que nos obliga, a la fuerza, a realizar ese cambio y eso es suficiente. Por ejemplo la causa emocional de la gripe es la de no hacer caso a una intuición, es un conflicto de olfato, de no hacer caso a tu olfato que te advierte de un peligro y este te termina afectando. La gripe te repara las mucosas y termina "renovandote" el olfato. Al mismo tiempo si tienes una gripe esta te lleva a un estado de postración y de aislamiento que te permite pasar el duelo de culpabilidad por no haber hecho caso de tu intuición.
En las enfermedades mas graves y crónicas también sucede esto mismo pero los cambios han de ser mas profundos y sostenerse en el tiempo después de que los síntomas pasen, pues hay una costumbre enraizada o una creencia fija desencadenante que es necesario transformar. Aquí el cambio al que te obliga el síntoma o los síntomas solo es la metáfora del cambio que mas tarde hay que sostener en el tiempo. Por ejemplo una mujer que padece fibromialgia, una enfermedad que tiene que ver con creencias masoquistas en las que es necesario "sacrificarse " por los demás o por su familia, sus síntomas la obligan a rendirse y no hacer nada, renunciar a sus responsabilidades "cargantes" y cuidarse ella misma. (La metáfora de cuidarse a uno mismo está casi siempre ligada a la mayoría de las enfermedades graves)
Así que mas valdría que revisáramos con meticulosidad nuestra vida y nuestro estado en general después de un tratamiento convencional a una "enfermedad" seria o grave, pues si nos congratulamos de o aspiramos a estar igual que antes de los síntomas, mal asunto, porque nos estaremos dejando guiar por la ilusión de un truco de magia.
Y si es que nos encontramos comenzando un proceso, podemos acudir a la medicina alopática con cautela, siempre que lo creamos necesario (puede salvarnos la vida en un momento dado) pero sin olvidarnos centrarnos en nosotros mismos para encontrar la dirección del cambio que el mismo proceso nos está indicando.

Poder encontrar toda las claves de ese proceso sería lo ideal y para eso podemos ayudarnos de herramientas tan buenas como la Bioneuroemción, la Descodificación Biólogica o la NMG, pero recordad que sin ser especialistas en esas herramientas es posible poner atención, escuchar al cuerpo y los síntomas para entender que quieren decirnos con sus mensajes, para comprender hacia dónde nos proponen cambiar.

En contraposición al médico-brujo que te vende humo con su ilusionismo podemos establecernos y reafirmarnos como pacientes-chamanes que somos capaces de interpretar la realidad y conectarnos con los mensajes del mundo inconsciente para facilitar nuestro transito por la realidad consciente.
De este modo, alineados cuerpo, mente y emociones con nuestro espíritu, le abrimos camino a la verdadera magia, que no necesita de trucos. Le abrimos la puerta a la salud que es el estado natural de nuestro Ser.