lunes, 30 de marzo de 2015

Renglones Torcidos

"Colgada". Técnica mixta y fotografía. Delia Govantes, 2012.


Por aquel entonces
me dio por escribir mi vida con renglones torcidos.
Hiciera lo que hiciera cada línea se curvaba hacia abajo,
las letras se deslizaban hacia un profundo abismo negativo.
Como una fila de hormigas suicidas
eran succionadas por una extraña atracción,
una ley de gravedad poderosa e inexorable.

Y me dio por creer que alguien torcía mis pasos,
una fuerza oscura a la que llamé
Universo o Destino, a veces Dios.
Me pareció que no era ya mi mano la que escribía
sino que era guiada por otro,
un Otro taimado y cruel
(como si eso fuera posible).

Por aquel entonces
comencé a quejarme a todas horas
de la mala suerte, de los malos días, de la mala vida.
Comencé a insultar al espejo
Le decía “tú, tú, tú, maldito seas”
que tuerces cada línea que escribo, quebrando mi voluntad
que no me das lo que necesito
que me distraes de mí sin respetar mi propósito.

Y ya sólo veía al Otro
increpándome a grandes voces desde el espejo,
el dedo extendido acusador antes mis ojos impotentes.

Las líneas seguían torciéndose hacia abajo.
Una tras otra las letras saltaban hacia el abismo.
Así que dejé de creer que era mi mano la que escribía
y empecé a pensar que mi mano no era mi mano,
sino una entidad con vida propia, adherida a mi cuerpo
que igual podía escribir una línea torcida
o esgrimir un puñal o una pistola o una cuerda
o empujarme a la oscuridad como a las letras,
suspiro a suspiro.

Y creí, realmente creí, que todo se había acabado.
Me subí en el último renglón y desde allí
me dejé caer hacia el abismo
esperando que llegara la nada, que por fin
se deshiciera la historia para siempre.

Pero no pasó eso.
Tan solo me quedé colgada,
oscilando como un péndulo sobre el vacío
el cabello flotando sobre mi cabeza.

Todo lo que existía comenzó a caer hacia arriba.
Las comisuras de mis labios se giraron
atraídas por una inevitable gravedad
formando una sonrisa.

El espejo se estrelló contra el nuevo cielo
con un crujido leve de hojas muertas
o un susurro de nieve pisada,
y dentro no había nadie.

Así que sólo quedé yo, y quedó mi historia.

Ahí estaban todas las letras
Reordenándose desde otra perspectiva
Cada renglón enderezándose como un girasol
que levanta la cabeza para saludar al día que nace.

Miré mi mano y era mía
Y no había nadie más que yo.
Así que comencé a escribir de nuevo y las líneas
dibujaron espirales, soles, olas
Con una libertad desconocida.


Delia Govantes Romero. Marzo, 2015.


miércoles, 18 de febrero de 2015

Tormenta

"Temporal". Fotografía de Delia Govantes, 2015

Acepto lo brutal
como parte del universo y sus símbolos

Incluso

la fragilidad del pajarillo
que se estrella contra el cristal
confundido por la lluvia.

Así el alma aletea confusa
Y luego retoma el vuelo.

No por ello el universo deja de ser
Perfecto
y este instante el extraordinario momento
que elige la luz para atravesar las sombras
y tocar
el lugar más recóndito y protegido
de la conciencia.

Estoy aquí, y en este estar
ya estoy en otra parte.

Le he hecho mi pedido a la lluvia
Le he hecho mi pedido al sol
que sale y se esconde
jugando entre las hojas.

Le he hecho mi pedido
al aliso, al fresno, y también
al tren que pasa silbando
mientras cae la tarde y ya
se acerca la tormenta.

El dolor no existe más
que como algo accidental
de la adolescencia del alma.

A veces es preciso sentir este desgarro
Esta vacuidad para comprender
que soy la misma y ya
Soy otra
haciendo mi pedido al universo
que se desliza líquido entre mis dedos abiertos
ahora que ya
no deseo apresar nada.

Tan sólo contemplar la belleza
y la confusión
y la certeza
y el sol y la tormenta
y la flor que agacha la cabeza
derrotada por la lluvia
Y el pájaro que golpea el cristal y luego
retoma el vuelo.

Todo eso soy yo
repartida por todas partes
unida a todo lo que existe
Intacta y completa en mí misma.

El sol ha salido pero aún
retumba la tormenta en la montaña
Su bramido detiene por un instante
el golpeteo monótono del pájaro carpintero.
Pero no puede con el río.

Ahora la tarde sigue fluyendo
Clara
diáfana y encendida
como si ninguna oscuridad
fuera posible.

Soy el corazón del pájaro
que vuela sobre el valle
Lato
y en mi latido sustento
el vuelo que me transporta.

Delia Govantes Romero.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Dejar la dependencia y encontrar el amor incondicional

El 9 es el arquetipo que habla, entre otras cosas, de la vejez. Nuestra consultante nace la ultima de unos padres mayores y "casualmente" resulta que en su Decalogía tiene un arquetipo materno 9 y uno paterno igualmente 9 (el arquetipo materno corresponde al número del mes reducido a una cifra y el paterno a la cifra resultante de reducir el año de nacimiento) Ella por su dia de nacimiento (29) tiene un Yo Ideal 2, arquetipo relacionado con la entrega y el amor incondicional, pero también con la dependencia cuando este arquetipo se expresa desequilibradamente (que es lo normal en el Yo Ideal, centro de nuestro ego). En su esencia ella también expresa un 2 lo que quiere decir que su verdadera naturaleza encajaba perfectamente en los "planes" de sus padres, tener una "cuidadora". Es curioso puntualizar que su dia de nacimiento ya posee este matiz, porque es un 2 que proviene de reducir 29. El dos "la entrega" y el nueve "a los mayores".  Nos consulta porque no sabe "para qué sirve".



Hola mi nombre es K. nací el 29 de septiembre de 1989. La situación por la que atravieso es larga, pero se resume en: no se para que sirvo. No tengo trabajo. Siento que no encajo en alguno, que no seré capaz. Gracias.

Respuesta de luzDArte


Bienvenida K. Parece ser, o nos parece desde aquí viendo los Arquetipos por los que te mueves, que tus padres han estado muy distantes de ti o incluso ausentes, ¿puedes explicar si hay algo de esto ?

K.

Soy la última de 9 hermanos. Mis padres me tuvieron de 45-46 años. Vivo con ellos pero no tengo confianza para expresar lo que pienso, porque ellos suelen ser tercos. Siento que constantemente mi madre me compara con una de mis hermanas, que tiene un buen trabajo, casada, casa bonita, etc. Mi padre pensó cuando nací, que era un niño y cuando supo que era niña se molestó.
El esposo de mi hermana mayor me acosaba sexualmente cuando era niña, creo que mis padres lo sabían, no hacían nada.



luzDArte

Querida K., esa era la distancia entre tus padres y tú, en tu caso generacional y emocional. ¿Cómo puede una niña que no se siente deseada, que no se siente atendida o considerada, desarrollar la creencia que vale para algo en esta vida y llevarlo a cabo en su vida adulta? Partiendo de esa base desde luego no se puede, hay que posicionarse desde otro lugar, desde otra conciencia que quede fuera de este conflicto emocional de tu niña interior.

Pero aunque parezca que en esa base no hay nada donde sostenerse, si lo hay, y es importante para ti. 

Tus padres, sin saberlo, si te han deseado con una finalidad, la de hacerte dependiente de ellos y te conviertas en el báculo de su vejez. Muchos últimos hijos de familias numerosas son convertidos por una suerte de "hechizo" en cuidadores de sus padres mayores, después de haber sido sistemáticamente desvalorizados para obligarlos a quedarse en casa, no crecer, no relacionarse de una manera efectiva con el mundo u otras personas.

Pero en tu caso ademas concurre una circunstancia especial, y es que tu tienes ese don, el de darte a los demás, el de ser amorosa y generosa. Ellos lo saben y te quieren para ellos. Las personas como tu son fáciles de caer en una dependencia emocional, fáciles de chantajear emocionalmente y el poder de unos padres en estos casos se vuelve como una pesada losa. La culpabilidad se siente fuerte cuando uno intenta alejarse del nido, cuando intenta "traicionar" al clan.

Otra cosa que mina tu generosidad es el ejemplo del egoismo de ellos, que te hace desarrollar la creencia que tu amor y tu generosidad lo tienes que esconder o dosificar, mas aun fuera de casa.

Pero este es tu principal don. tu puedes hacer en la vida lo que te plazca, pero sin olvidarte de que has de hacerlo con entrega y generosidad. Eres la pareja perfecta, la socia perfecta, la madre perfecta, la colaboradora, la amiga. Tu labor es la nutrición, la gestación, el aporte. Pero para desarrollarlo has de sacar "los pies del tiesto" familiar, ni mas ni menos como el común de los mortales, pero con el valor añadido de que en tu familia te han hecho dependiente de ellos.. 

Nosotros no somos nadie para decirte qué tienes que hacer, y es mas, es la Vida siempre te que te va a decir exactamente lo que necesita cada momento para ir avanzando. Estando atenta a tus necesidades del momento, escuchando tu corazón, tu intuición, arriesgándote en tus elecciones, iras consiguiendo, paso a paso, salir de tu encierro y vivir tu propia vida. 

Para todo ello te servirá muchísimo tener como brújula una certeza, y esa es que tu naturaleza esencial es amor incondicional, no dependiente. El amor incondicional se da libremente y en su justa medida. no se da a quien no lo quiere, ni a quien abusa de el, ni a quien no lo necesita. No se da para ganar nada a cambio. simplemente se da según el dictado del corazón, no de la emoción, ni del miedo, la pena o la culpa.

Eso, en tu camino, te hará libre.

Como recomendaciones, si quieres apoyarte en los actos simbólicos, pues estará bien. Puedes confrontar a tus padres, verdaderos o simbólicos, saldar tus deudas con ellos. Puedes superar tu neurosis de fracaso enfrentándote simbólicamente al mayor de tus miedos representándolo como real. Puedes revalorizar tu feminidad poniéndote en contacto con tu sangre menstrual... Puedes hacer muchas cosas, pero que sean para avanzar un paso, no para exteriorizar esa fantasía tuya tan abundante en la que te sueles perder. La imaginación es creativa y poderosa, la fantasía es el entretenimiento de los que se creen impotentes. Rompe con tu fantasía y plasma tus sueños sin miedo a fracasar.

Esperamos que te sea útil, un abrazo admirando toda tu Valía

K.

Muchas gracias. Valoro mucho estas palabras

sábado, 7 de febrero de 2015

Despegar(se) para volar

"El aire que me sostiene". Fotografía de Delia Govantes, 2009



"J" es un chico de 26 años que se hace preguntas en busca de trascenderse. Está en la edad justa porque los 27 años es una frontera vital para mucha gente. Confluyen en esa epoca de nuestra vida el fin de un buen numero de ciclos biologicos y emocionales que te conducen a una nueva etapa en la vida. Si haceis la prueba preguntad a la gente de vuestro alrededor a ver que ocurrió en sus vidas entre los 26 y los 28 años. La mayoria responderán que pasaron cosas que cambiaron profundamente su vida despues. Encontraron un trabajo, o una pareja, o tu vieron un hijo o les sucedió algo que dejó una huella y cambio su manera de moverse por el mundo. Algunos demoran ese cambio un par o tres de años mas pero lo terminan haciendo. Unos pocos no pasan por esa transición, eso se puede ver analizando los arquetipos de su fecha de nacimiento. Pero ese no es el caso de J. ël está al borde del cambio y siente la inquietud de acudir a nosotros a preguntar "como lo hace".

J. no lo sabe pero su camino esencial en la vida tiene que ver con el arquetipo 9. El nueve representa el camino del desapego, el acceso a la paz espiritual, a la maestria natural. Pero es un camino duro donde primero hay que transitar por el apego a las viejas heridas o a las viejas expectativas que en la fantasia de sanación abrieron esas heridas. Es un camino que nos enseña a transitar por la soledad, por perder el miedo a la muerte y encontrar la plena belleza en la presencia del aqui y el ahora. Alcanzar el desapego te permite por fin convertirte en un finalizador de procesos, en la persona que sabe ponerle la guinda a la tarta.

Su ego, enfocado hacia su yo ideal que está en relación con el 6 de su dia de nacimiento, es amante de la belleza, artista, pero también perfeccionista. El perfeccionismo tambien puede ser un modo de apego que no te deja finalizar tus obras, que te pone trabas para disfrutarlas. El tendrá que aprenderlo.

Pero sabemos que el es un maestro natural y en sus palabras notamos su altura de conciencia. Realmente solo necesita de nosotros un suave empujón que le permita despegar(se) para comenzar a volar tan alto como el es capaz de alcanzar


Consulta:

"Mi nombre es J. : padres ausentes, desvalorización, autocompasión, sentimiento de supervalía, se me dificulta terminar cosas, músico, poca tolerancia, miedo a rebasar a mis padres y hermanos y no ceso de definirme y definir todo cuanto me pasa y gente que conozco. Estoy consciente que la mayor parte se debe a mi ego pero no sé por donde empezar.¿Que podría hacer? ¿como puedo solucionarlo? 6 de Marzo de 1989. Gracias!"

Respuesta:

Querido amigo, eres una persona de gran talla espiritual, eres muy joven aun, estás al principio de tu camino, hay que rodar y rodar, como dice la canción.

A pesar de tus dudas seguro que en el fondo de ti tienes claro lo que quieres. Dices que se te dificulta terminar cosas y la verdad es que tu vas a ser un especialista en terminar cosas, Pero hay que irse desarrollando la ACEPTACIÓN, el darse cuanta de que algo ha acabado y no insistir, darlo por terminado ahi, no rebuscar la perfección inexistente. No necesitas ser perfecto, tan solo necesitas ser consciente.

La familia, las ataduras, el ego, eso en el fondo es poca cosa para ti. O si no, al tiempo.

Tu camino es volar, volar bien alto. Disfrutar el momento inigualable y saber decir adios. La vida es mutable y tu puedes convertir eso en arte, El Gran Artista Mutante. "No ceso de definirme" dices, por supuesto !!! Porque siempre estás mutando. Haz de eso tu Valor principal. Lo maravilloso de definirse es que, un segundo después, la definición ya no cuadra. Has puesto toda tu conciencia en un momento que no volverá y de nuevo a empezar. Eso es vivir.

Esperamos que te sea útil. Nuestra consideración y respeto.


viernes, 30 de enero de 2015

Sólo se trata de ReCordar




ReCordar en el sentido etimológico es "volver a pasar por el corazón". Eso implica tomarnos el tiempo necesario para recorrer de nuevo el camino y revisar las ideas, conceptos y experiencias, esta vez desde el corazón y sin recurrir a los viejos atajos cognitivos que nos prestan los prejuicios.

La palabra ReCordar tenía antiguamente también el significado de Despertar, partiendo de la idea grecoromana de que la sede de la mente y de la memoria estaba en el corazón. Ese Despertar o ReCordar tendría pues el significado de "volver en sí" o "reconectar con la conciencia".

Decía Ortega y Gasset: "El yo pasado, lo que ayer sentimos y pensamos vivo, perdura en una existencia subterránea del espíritu. Basta con que nos desentendamos de la urgente actualidad para que ascienda a flor de alma todo ese pasado nuestro y se ponga de nuevo a resonar. Con una palabra de bellos contornos etimológicos decimos que lo recordamos —esto es, que lo volvemos a pasar por el estuario de nuestro corazón—. Dante diría per il lago del cor".

Se trata pues de ReCordar. Y más aún, se trata de ir más allá de los límites de nuestra propias experiencias temporales en este cuerpo físico. Se trata de acceder a memorias más antiguas y profundas. A un legado de sabiduría que nos impregna y nos rodea y del cual, sin embargo, tenemos la impresión de que en algún momento perdimos la llave, que se extravió el mapa y que olvidamos la manera de retornar a la fuente.

Y nos volvemos locos buscando fuera de nosotros. Leemos, preguntamos, estudiamos, indagamos. Buscamos maestros que nos digan cómo, alguien que sepa dibujar el mapa, mercados donde comprar las llaves.

Pero se trata tan sólo de ReCordar. De volver a pasar por el corazón. Y cuando empezamos a ReCordar ocurren cosas maravillosas. Las mujeres nos ponemos en cuclillas sobre la tierra para sanarnos. Los hombres bendicen a sus hijos enseñándoles que son invulnerables. Encontramos en el cuerpo y sus manifestaciones un perfecto aliado de nuestro sentir profundo. Empezamos a ver la forma de Dios en la espiral perfecta de la lengua de una mariposa. Y ACordamos, acercamos los corazones. Y nos ReUnimos. Y finalmente comprendemos que nunca estuvimos separados ni perdidos. 

Que sólo se trataba de ReCordar.

miércoles, 28 de enero de 2015

Lecciones del I Ching - El Aquietamiento - Hexagrama 52



Ilustración de René Antuan Fénix


(Mantenemos los pensamientos internos en calma, renunciamos al corazón infantil.)

Recibimos este hexagrama cuando nuestros pensamientos están enredados con nuestras emociones, o cuando la situación es tal que podemos llegar a envolvernos emocionalmente. Cuando nuestras emociones están envueltas es imposible obtener la claridad de mente; por lo tanto se nos aconseja “aquietarnos”. 

“El Aquietamiento” (mantenerse quieto) quiere decir aquietar el “pensamiento del corazón”. En el I Ching, cuando se despiertan nuestras emociones, se dice que el corazón está pensando. El corazón infantil piensa en términos de lo quiere o necesita, y de lo que le disgusta o desea evitar. También piensa en defensa de las pretensiones que haya adoptado; así es también el pensamiento egoísta de la vanidad y el orgullo. Constantemente mide la dirección y ritmo de los acontecimientos para ver lo lejos que ha llegado en sus objetivos. 


El objetivo de mantenerse quieto es el de calmar esta frenética y concentrada actividad mental. Si pudiésemos desligarnos suficiente tiempo para ver estos pensamientos objetivamente, nos percataríamos de que surgen de los temores del yo corporal, algunos son conscientes y otros inconscientes. El I Ching reconoce estos pensamientos como las voces de los inferiores. Mientras dominen nuestro espacio mental, es imposible alcanzar la neutralidad y la aceptación que nos lleve a una perspectiva correcta y razonable. 


Hay muchas formas de aquietar a los inferiores. Les podemos explicar la necesidad de mantenerse quietos para que la claridad sea posible. Podemos decirles que no se confundan por la apariencia de las cosas, que el cambio es la regla de la vida. Podemos asegurarles que si pueden disciplinarse, atraeremos la ayuda del Poder Supremo para hacer posible lo imposible. Podemos explicarles la necesidad de su obediencia, como en El Ejército, hexagrama 7, y podemos decirles que debemos adherirnos a lo Desconocido para que nos muestre el camino, como en Lo Adherente, hexagrama 30. Al animarlos de tal forma, es posible que obtengamos su cooperación y que conquistemos su perseverancia. A este método de restringir a los inferiores se le llama “dulce restricción” en La Restricción, hexagrama 60. 


Para alcanzar estos resultados, es posible que sea necesario sentarse tranquilamente en estado de meditación. Muchas veces recibir este hexagrama es una llamada a meditar, por lo menos, para ponernos en contacto con las preocupaciones y los temores de los inferiores. Los inferiores necesitan que se les asegure que si confían en lo Desconocido, y dejar que lo Creativo trabaje a través del vehículo del tiempo, todo saldrá bien. A veces este trabajo requiere que reconozcamos nuestras pretensiones y nuestro orgullo—culpables que necesitan ser matados a través de la firme perseverancia. 


Una vez que hemos alcanzado el estado de aceptación y docilidad, obtenemos la paz descrita por la imagen de La Alegría, hexagrama 58, como el “lago luminoso”: la superficie lisa del lago simboliza la alegría de la paz interna. En el momento que una emoción surge una onda se crea en su superficie. 


Mantenerse quieto también se refiera a la forma de meditar del I Ching, que supone ponerse en estado de vacío interno, acallando sistemáticamente las quejas de las voces de nuestros inferiores. El aquietamiento requiere sentarse en una relajada posición pero alerta, para que los nervios de la espina dorsal se tranquilicen. La columna no sólo es la única ruta por la cual el cerebro transmite los mensajes al yo corporal; también es el canal por el cual el yo corporal transmite sus quejas al cerebro. Al sentarnos en una posición sin soportes no nos apoyamos en nada; permanecemos despiertos mientras nuestro cuerpo se relaja. Cuando nuestra presión sanguínea y las energías se calman, los inferiores se aquietan como si durmieran. 


En este momento tiene lugar la separación del ego: La voz pretenciosa, defensiva y presumida de nuestra auto-imagen/ego se separa de nuestra conciencia y así podemos oír sus pensamientos apartados de nosotros. Su voz algunas veces es sutil y tentadora; otras, sutil y machacona, o exigente y furiosa. La separación del ego nos da una oportunidad de oírlo y entender sus pretensiones. Una vez que lo entendemos, podemos liberarnos de su dominio. Una vez que lo hemos oído en meditación, podemos reconocer sus insinuaciones durante nuestras actividades diarias. Reconocerlo nos ayuda a resistir sus exigencias. Una vez que el ego se ha separado también podemos ver y oír a los inferiores. Al escuchar sus preocupaciones y quejas notaremos que son como niños; al igual que ellos, se concentran en lo que quieren, se preguntan y se preocupan. Las células del cuerpo, o la organización de las células, tienen formas verbales y no verbales de decirnos que tienen hambre, que están cansados o que tienen miedo. Durante nuestra normal actividad consciente pensaríamos que estos pensamientos son parte integral de nuestra estructura; en meditación, de alguna forma, los escuchamos como separados de nuestro yo central. Al contactar con ellos durante la meditación, encontramos que han estado bajo el control del ego; también encontramos que somos capaces de alistarlos para trabajar hacia la meta del yo superior. De esta forma nuestro yo superior, el Hombre Superior, gana la habilidad de dirigir a los inferiores. 


Una vez que todo esto pasa, la personalidad retoma su orden natural. El escuchar las necesidades de los inferiores y poner sus temores en paz, parece que les diéramos seguridad y pacificándolos, y haciendo descansar a nuestro corazón. En estado de verdadera tranquilidad descansamos en algo así como un espacio de neutralidad y aceptación total. No vemos ni escuchamos nada. Algunas veces es posible oír una voz nueva o ver seres inéditos. La voz nueva es serena, discreta; es la firme voz del Sabio. Escuchamos y observamos como si se tratase de una película cuya proyección se inicia. Tambien es posible que veamos imágenes que demuestran las lecciones de la verdad universal. Mientras podemos participar en lo que sucede, no lo controlamos. 


En el tiempo de la meditación es cuando hacemos los sacrificios a los que se nos llama en distintos hexagramas como La Contemplación, hexagrama 20. El sacrificio quiere decir que entregamos al Poder Supremo las dudas del conflicto interno y las emociones como ira justificable, el sentimiento de tener derechos, la indignación producida por las injusticias, la impaciencia con el mal y nuestra tendencia de concentrar nuestra atención en asuntos insignificantes, lo que ocasiona la pregunta, “¿Por qué son las cosas así?” Sacrificamos estos sentimientos y percepciones porque obstruyen el progreso e inhiben el bien general. Tales sacrificios agrandan el ser espiritual. 


Para el estudiante serio del I Ching, la práctica diaria de la meditación es esencial. A través de la meditación practicamos la limpieza interior que nos devuelve la pureza y la inocencia; libres de pensamientos que generan agitación y sordera interna, volvemos al estado alerta y a la atención interna que nos hace posible relacionarnos con los demás de una forma creadora. Liberarnos de las preocupaciones preponderantes de los inferiores tiene el efecto de limpiar nuestro casa interna. Así como nuestra casa interna se ensucia viviendo en ella, nuestro espacio mental llega a atestarse con preocupaciones ajenas e innecesarias. Las cuales pueden consistir en sistemas de creencias, preocupaciones, fantasías e ideas que hacen que la paz interior y la armonía sean imposibles de adquirir. La limpieza interna implica el abandonamos del mundo, sus preocupaciones y todos los sistema de creencias. Nos despojamos de la ira pasada, de la hostilidad y de todas las injusticias que la gente ha cometido contra nosotros; descartamos todas las filosofías de negación y los pequeños placeres y disgustos. Al limpiar nuestro Ting (ver El Caldero, hexagrama 50), nos liberamos del enorme peso que acarrea semejante tormento mental. Si, al intentar meditar, buscamos obtener la paz interna sin haber conseguido la limpiza interna, la claridad y la comunicación con el Sabio no serán posibles. Evitar este paso es “forzar la meditación”, como nos advierte la línea tercera. Practicar la limpieza interna es la autorenovación diaria que posibilita al Hombre Superior mantener el máximo de su poder (ver La Fuerza Domesticadora de lo Grande, hexagrama 26). 


A través de la meditación el Sabio nos deja entrever nuestro ego como un sistema organizado de defensa, que al abdicar del mando de nuestra personalidad, ha dejado que nuestros inferiores construyan una defensa a lo Desconocido. Podemos ver, uno a la vez, los temores que dan vida y poder al ego; vemos nuestros miedos en disfraces diabólicos que les posibilitan aterrorizarnos. El enmascarar tales miedos en la meditación es como coger al Mago de Oz en el acto de manipular sus máquinas aterrorizadoras por detrás de la cortina; nunca más podrán ejercer tanto poder sobre nosotros. Puesto que esta clase de meditación parece indispensable para el estudio serio del I Ching, no es sorprendente que Confuccio diga, “el estudio sin meditación es un trabajo perdido; la meditación sin estudio es arriesgada”.

De "Una Guía del I Ching" de Carol K. Anthony - Ediciones La Liebre de Marzo