viernes, 24 de octubre de 2014

Sentir con las entrañas




Según una información leída en la revista digital Lógica Ecológica...                                           

(leer el artículo completo AQUÍ )
''un “segundo cerebro” funciona en el abdomen y regula emociones. Su red neuronal no elabora pensamientos, pero influye en el estado de ánimo y hasta en el sueño. Que se use la palabra “entripado” para referirse a un enojo podría no ser del todo metafórico.
Que el estómago “se cierre” en una situación estresante o que parezca poblado de mariposas ante el amor también tendría una explicación científica.El aparato digestivo está tapizado por una red de neuronas (células nerviosas) de tan amplio alcance que algunos científicos la han denominado “segundo cerebro”.
Ese cerebro, según estudios científicos recientes, influye en nuestro estado de ánimo, carácter y hasta en el ritmo de sueño.
Michael Gershon, investigador de la Universidad de Columbia, en los Estados Unidos, y autor de El segundo cerebro (The Second Brain), un libro de referencia en las investigaciones sobre el tema, explica que, conocido técnicamente como sistema nervioso entérico, el segundo cerebro está compuesto por capas de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal, y que contiene unos 100 millones de neuronas.
El pequeño cerebro que tenemos en las entrañas funciona en conexión con el grande, el del cráneo, y en parte, determina nuestro estado mental y tiene un papel clave en determinadas enfermedades que afectan otras partes del organismo.
Además de neuronas, en el aparato digestivo están presentes todos los tipos de neurotransmisores que existen en el cerebro. De hecho, el 95 por ciento de la serotonina, unos de los neurotransmisores más importantes del cuerpo, se encuentra en el intestino.
Sin embargo, aunque su influencia es amplia, se deben evitar confusiones: el segundo cerebro no es sede de pensamientos conscientes ni de toma de decisiones .
Como puede leerse en una nota publicada por la revista de divulgación científica Scientific American , gran parte de la potencia neurológica del segundo cerebro se concentra en la ardua tarea diaria de la digestión.
Emeran Mayer, profesor de Fisiología, Psiquiatría y Ciencias del Bio-comportamiento de la Universidad de California, le dijo a esa publicación que una gran parte de nuestras emociones probablemente se vea influida por los “nervios de los intestinos”.
En el mismo sentido, Gershon afirma que el bienestar emocional cotidiano quizá también dependa de mensajes que el cerebro intestinal envía al cerebro craneano.
Guido Iantorno, jefe de la Unidad de Motilidad Digestiva del Hospital Bonorino Udaondo, le explicó a Clarín que, aunque de modo indirecto, a través del eje cerebro-intestinal, el sistema nervioso entérico puede influir en situaciones emocionales y en otros síntomas como la hipersensibilidad al dolor.
Cuenta Iantorno que mediante tomografías computarizadas por emisión de positrones pudo comprobarse que, ante un estímulo en el intestino, en las personas con afecciones funcionales del aparato digestivo reacciona un sector del cerebro diferente del que reacciona en personas sanas.
“Esto significa que la corteza cerebral responde de diferente modo si se padece, por ejemplo, el síndrome de colon irritable”, dice Iantorno.
Algunos científicos piensan que en un futuro, algunos padecimientos intestinales podrían tratarse con terapias aplicadas a nivel neuronal.
De hecho, el síndrome de colon irritable en parte deriva de un exceso de serotonina en el intestino, y quizá podría ser considerado una “enfermedad mental” del segundo cerebro.
Los trabajos de Mayer con el sistema nervioso del intestino lo han llevado a pensar que, en los próximos años, la psiquiatría tendrá que ampliar su alcance para tratar el segundo cerebro además del que está sobre los hombros.
Consultado por Clarín vía correo electrónico, el científico Michael Gershon contó que ahora se sabe además que en el intestino hay células madre adultas que pueden reemplazar a las neuronas que mueren o son destruidas.
Además, afirmó Gershon: “El sistema nervioso entérico le habla al cerebro y este le responde.
El intestino puede afectar el humor, y la estimulación del nervio principal que conecta al cerebro con el intestino (el vago) puede ayudar a aliviar la depresión, y es usado para tratar la epilepsia”.
Para Gershon, el segundo cerebro tiene un papel en la mayoría de las cosas que enferman al intestino , desde el síndrome de colon irritable hasta las enfermedades relacionadas con la inflamación del intestino.
El estómago es una red extensa de neuronas (100 millones) interconectadas. Sestructura neuronal posee la capacidad de producir y liberar los mismos neurotransmisores, hormonas y moléculas químicas que produce el cerebro superior.
En nuestro sistema digestivo se produce y almacena el 90% de la serotonina de nuestro cuerpo; su función es esencial: absorción, aporte nutricional y movimientos musculares. Es la misma serotonina que en un 10% se crea en nuestro cerebro superior y de la que depende nuestro bienestar.
La famosa hormona de la felicidad la tenemos en el estómago, por eso debemos escuchar más al sistema digestivo. De cómo sintamos nuestras tripas depende nuestro ánimo. Si aprendemos a escuchar sus señales estaremos más sanos, perceptivos y equilibrados.
Desde la digestión podemos influir en nuestras emociones. Hay una relación continua de intercambio de información entre los dos cerebros. Un ejemplo: un estreñimiento crónico puede suponer una falta de serotonina, nos convierte en pesimistas y baja la libido''
Utilizando la lógica hermética en la que lo que es arriba es abajo está muy clara la similitud entre el cerebro y el intestino. Después es notorio observar que casi la totalidad de las emociones se reflejan en el vientre o el estómago. Hace un tiempo se puso de moda la teoria de que el corazón por sus muchas neuronas era un segundo cerebro. Paranoias de este mundo intelectualizado que no sabe distinguir entre conciencia y amor, dos energías completamente diferentes pero complementarias. Y no son tantas neuronas ni siquiera.

Ahora, quizás tirando de la analogía del principio, algunos avispados científicos se están adentrando en esta, parece ser, auténtica versión del doble cerebro, el cerebro racional y el cerebro emocional, algo que la sabiduría antigua afirma desde hace milenios y a lo que , por fin, la ciencia esta tan chata que tenemos parece acercarse.
Me gustaría añadir que esa historia de las neuronas del corazón y su capacidad "pensante" lo que me inspiran a afirmar de manera simplemente intuitiva es que el corazón no tiene sólo un propósito activo, como distribuidor de vida, sino que podría tenerlo receptivo y quizás sea el órgano donde se recibe la intuición profunda, aquella que esta conectada con nuestro espíritu y con lo divino. Esto es lo que la sabiduría popular define como " escuchar a tu corazón" o "tener una corazonada" y se diferencia de la intuición animal la de estar conectado con " las entrañas", con los instintos, que es la que parece relacionarse con este cerebro emocional alojado en nuestro aparato digestivo.
En definitiva los seres vivos en general y los humanos en particular no somos otra cosa que organismos emisores receptores Que estamos comunicados de múltiples formas con la realidad, la visible y la invisible.

viernes, 22 de agosto de 2014

El plato de tomates


La venta es una casita pequeña y encalada situada en una carretera tan secundaria que jamás figurará en un mapa, en un lugar llamado El Pago del Humo.

Llego hambrienta y un poco cansada. Son las 4 de la tarde, hace 40 grados y huele a paja. Me siento en la terraza, donde sopla el viento de levante a rachas y se escucha un zumbido incesante de insectos en los campos vacíos y hastiados.

Estoy sola y me tratan bien. Me cuidan. No sé porqué tan amorosamente, pero lo acepto y lo disfruto.

Cuando me traen mi almuerzo corto el pan sintiendo que lo sagrado está presente en cada cosa que me rodea. En los campos amarillos, ocres, marrones. En los girasoles quebrados y quemados por el sol. En el concierto de chicharras que ahonda el silencio en vez de extinguirlo. En el viento seco, caliente y poderoso que se adueña de cuanto toca. En el olor a polvo y a rastrojo y a calor. Y también en el oro del aceite que vuelco, como si realizara el ritual mas antiguo del mundo, sobre un plato de tomates intensamente olorosos y rojos.

Y me asalta un sentimiento más allá de la felicidad o de la satisfacción. Una profunda conexión con el aquí y el ahora. Un estar con toda mi presencia en ese momento y en ese sencillo plato de tomates. Plenitud.

El momento se expande impregnando todo de ese mismo sentimiento. Bebo despacio mi cerveza, siento su frescura mientras contemplo el campo vacío con un único árbol que tiene la belleza asimétrica de lo realmente bello. Y de pronto deseo retener todo ésto, llevarlo conmigo. Saco mi cámara, hago algunas fotos. Al árbol, a los tomates; al presente perfecto como tiempo verbal a crear mas allá de la gramática y las convenciones. Mas allá de la posibilidad de capturar lo inasible.

Tomo unas notas en mi libreta a fin de no olvidar. Abro al azar el libro que llevo, quién sabe porqué. El libro es El dedo y la luna.

Y dice:

- ¿Hay algo que sobrepase al buda, que sobrepase al patriarca? –le preguntó el discípulo a su maestro Ummon.
-Sí –respondió el maestro-, una rosquilla.

También dice:

-¿Cuál es tu filosofía?
-Cuando como, como. Cuando duermo, duermo.

Sonrío, cierro el libro, guardo el cuaderno y la cámara. Nada me perturba. Y con un placer infinito me como mi plato de tomates.


miércoles, 7 de mayo de 2014

Medicina Vs. Magia





Estaba leyendo Un Curso de Milagros ahí donde califica a la medicina cómo "magia". No lo explica mucho pero se da a entender que la medicina alopática lo que vende es puro ilusionismo, en paralelo con la ilusión que nos produce la percepción de esta realidad fisica que vivimos.
Según la definición de la wikipedia "el ilusionismo, vulgarmente denominado magia, es un arte escénico , subjetivo, narrativo y espectáculo de habilidad e ingenio, que consiste en producir artificialmente efectos en apariencia maravillosos e inexplicables mientras se desconoce la causa que los produce. Estos efectos (...) se conocen vulgarmente como trucos de magia."
Los trucos de magia se basan en el conocimiento y la aplicación de ciertas leyes físicas o químicas o fisiológicas, mas sencillas o mas complicadas, pero que pasan desapercibidas para el ojo común y que producen un efecto de transformación ilusorio en el espectador.
Es lo mismo que hace la medicina alopática: aprovechando sus conocimientos en física, bioquímica o fisiología ataca la primera causa aparente que encuentran de un síntoma o de una enfermedad, mediante determinado fármaco o técnica, y haciendo desaparecer durante un tiempo mas o menos largo los síntomas, inducen a los pacientes a creer que han curado la enfermedad, cuando en realidad no han tenido en cuenta ni las causas emocionales ni espirituales que subyacen a todo "proceso de salud", que son muy anteriores a las causas físicas en todos los casos.
Lo que llamamos enfermedades no son otra cosa que procesos de salud, encaminados a devolvernos la salud integral (mental, emocional, fisica y, sobre todo, espiritual) que se ha visto desequilibrada por las actitudes que determinadas emociones o creencias vinculadas a emociones nos hacen tomar, hasta el punto de manifestarse ese desequilibrio en nuestro cuerpo.
Hacer "magia" puede salvarnos la vida en un momento dado, con una intervención quirúrgica o biomecánica en el cuerpo en un caso de urgencia, pero nunca nos va a curar integralmente de una enfermedad.O mejor dicho, nunca va a resolver por si sola un proceso de salud.
Podemos engañar nuestro cuerpo con un medicamento que resuelva puntualmente unos síntomas, e incluso engañar nuestra psique depositando una fe ciega en la medicina que proporcione una curación aparente (lo que viene a ser un placebo), incluso muy larga en el tiempo, pero no puedes engañar a tu alma.
Si los síntomas finalizan pero no hay un cambio en nosotros o en nuestra vida después de todo el proceso algo falla. El cambio puede ser pequeño o grande, normalmente proporcional a las dimensiones del desequilibrio físico. La buena noticia es que muchas veces hacemos esos cambios sin apenas darnos cuenta, pero por ello se nos escapa observar que el verdadero precursor de la sanación es el cambio. Además el síntoma te conduce siempre a una actitud concreta y puntual que es una metáfora de la actitud que necesitas sanar en tu vida.
En las enfermedades agudas, puntuales, los cambios suelen ser también ocasionales, destinados a ese momento, y muchas veces la misma sintomatología es la que nos obliga, a la fuerza, a realizar ese cambio y eso es suficiente. Por ejemplo la causa emocional de la gripe es la de no hacer caso a una intuición, es un conflicto de olfato, de no hacer caso a tu olfato que te advierte de un peligro y este te termina afectando. La gripe te repara las mucosas y termina "renovandote" el olfato. Al mismo tiempo si tienes una gripe esta te lleva a un estado de postración y de aislamiento que te permite pasar el duelo de culpabilidad por no haber hecho caso de tu intuición.
En las enfermedades mas graves y crónicas también sucede esto mismo pero los cambios han de ser mas profundos y sostenerse en el tiempo después de que los síntomas pasen, pues hay una costumbre enraizada o una creencia fija desencadenante que es necesario transformar. Aquí el cambio al que te obliga el síntoma o los síntomas solo es la metáfora del cambio que mas tarde hay que sostener en el tiempo. Por ejemplo una mujer que padece fibromialgia, una enfermedad que tiene que ver con creencias masoquistas en las que es necesario "sacrificarse " por los demás o por su familia, sus síntomas la obligan a rendirse y no hacer nada, renunciar a sus responsabilidades "cargantes" y cuidarse ella misma. (La metáfora de cuidarse a uno mismo está casi siempre ligada a la mayoría de las enfermedades graves)
Así que mas valdría que revisáramos con meticulosidad nuestra vida y nuestro estado en general después de un tratamiento convencional a una "enfermedad" seria o grave, pues si nos congratulamos de o aspiramos a estar igual que antes de los síntomas, mal asunto, porque nos estaremos dejando guiar por la ilusión de un truco de magia.
Y si es que nos encontramos comenzando un proceso, podemos acudir a la medicina alopática con cautela, siempre que lo creamos necesario (puede salvarnos la vida en un momento dado) pero sin olvidarnos centrarnos en nosotros mismos para encontrar la dirección del cambio que el mismo proceso nos está indicando.

Poder encontrar toda las claves de ese proceso sería lo ideal y para eso podemos ayudarnos de herramientas tan buenas como la Bioneuroemción, la Descodificación Biólogica o la NMG, pero recordad que sin ser especialistas en esas herramientas es posible poner atención, escuchar al cuerpo y los síntomas para entender que quieren decirnos con sus mensajes, para comprender hacia dónde nos proponen cambiar.

En contraposición al médico-brujo que te vende humo con su ilusionismo podemos establecernos y reafirmarnos como pacientes-chamanes que somos capaces de interpretar la realidad y conectarnos con los mensajes del mundo inconsciente para facilitar nuestro transito por la realidad consciente.
De este modo, alineados cuerpo, mente y emociones con nuestro espíritu, le abrimos camino a la verdadera magia, que no necesita de trucos. Le abrimos la puerta a la salud que es el estado natural de nuestro Ser.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Arquetipo y Conciencia

Un Arquetipo es un patrón abierto que da forma a multitud de experiencias de vida siguiendo una determinada tendencia pero capaz de tomar infinitas bifurcaciones al interactuar con otros arquetipos y bajo el efecto de la conciencia. Igual que no hay un copo de nieve igual a otro y todos siguen un mismo patrón hexagonal para formarse, los arquetipos que portamos dan infinitas formas a nuestras vidas pero con una tendencia reconocible. Y nosotros, con nuestras elecciones conscientes, podemos influir en el resultado de una determinada forma, igual que Masaru Emoto demostró que se podía influenciar en la cristalización de una gota de agua aportando conciencia "positiva".


No existe un destino para nuestras vidas, pero si una linea argumental que trazan estos arquetipos. Conocer esta linea significa poder fluir con nuestra historia y realizar las elecciones de vida de una manera consciente para apoyar la creación de una experiencia vital plena y bella.


"Resiliencia". Fotografía de Delia Govantes, 2013

Los dones creativos. Regalo y responsabilidad.

La creatividad del ser humano es una herramienta infra-utilizada aun hoy en día, 10.000 años después de que el hombre se civilizara y a pesar de las maravillas que hemos visto surgir del proceso creativo humano en estos últimos siglos. 

Se dice que de la mente usamos solo un 1%, parece ser que lo que la humanidad ha desarrollado hasta ahora es una pequeñísima parte de un potencial infinito.


Y simplemente esto ha sucedido porque la creatividad hasta hoy en día ha estado al servicio de creencias de dominación, riqueza y poder por parte de unos pocos. 

Para ello ha sido necesario negar la creatividad de la mayoría, sumiéndonos en el temor, la necesidad y el engaño de alcanzar un cielo futuro y condicionándonos a tomar una vida gris, sumisa, prefabricada por la élite y en absoluto creativa. 

Nuestros dones creativos, únicos en cada uno de nosotros, han permanecido de esta maneras atrapados en una red de miedo, desvalorización, preocupación o desgana. Mientras tanto la pasion de la juventud se iba disolviendo con los años sin haber llegado a rozar en ningún momento aquello que intuíamos que era nuestro verdadero camino. 

Así que ya es la hora de que nuestra creatividad se rebele y se revele, ella es la que va a cambiar el mundo, empezando por la vida de cada un@ de nosotr@s, 

Ahora es el momento de tomar de responsabilidad por lo que la vida te ha dado. Ahora es la hora de Ser lo que Eres.




"Transformación", Fotografía de Delia Govantes & Antuan de la Rue, 2009